Crece preocupación por iniciativas antibancos
Maricarmen Cortés
Desde el piso de remates
26 de febrero de 2009
Uno de los retos principales de Ignacio Deschamps y Luis Robles del BBVA, quienes asumirán la presidencia de la ABM a partir de marzo, es mejorar la relación con el Congreso ante el temor de que se apliquen reformas que frenen los avances en materia de bancarización
Desde la crisis del 95 los banqueros se convirtieron en los villanos favoritos, y con la nueva crisis económica y justo en pleno proceso electoral, ha crecido la animadversión hacia la banca no sólo en la opinión pública, sino en el Congreso, donde se han presentado ya más de 100 iniciativas que buscan regular las tasas de interés o establecer límites al margen de ganancia de los bancos.
Desde luego la peor iniciativa que se ha presentado es la del diputado panista David Figueroa, quien pretende limitar por ley el nivel de cartera vencida que podrán tener los bancos y en el absurdo total imponer sanciones muy severas de tres a nueve años de prisión y multas de 30 mil a 300 mil salarios mínimos a los consejeros, empleados o funcionarios de los bancos que incumplan con los límites máximos de cartera vencida, que de acuerdo con esta ridícula propuesta serían determinados por el Banco de México y la CNBV. Ya encarrilado Figueroa podría multar a las televisoras por los programas de bajo rating o a los cines cuando los espectadores se salgan antes de que termine una película.
Lo que es un hecho es que Deschamps y más bien Luis Robles reforzarán el cabildeo con el Congreso por iniciativas que sí les preocupan, como la del priísta Manlio Fabio Beltrones, incluida en las conclusiones del Foro del Senador “Qué hacer para crecer”, para aprobar un paquete de medidas a fin de incrementar la eficiencia del sector financiero y reducir los márgenes de intermediación y las comisiones por el cobro de los servicios financieros.
Estas iniciativas buscan fomentar la canalización del crédito, pero pueden generar el efecto contrario y no sólo frenar más el crédito, que ya de por sí está contraído por la crisis, sino revertir la bancarización, porque otorgar préstamos a segmentos de la población de menores ingresos y sin historial crediticio implica un mayor riesgo.
Otra preocupación es la politización con manifestaciones como la convocada el próximo martes para organizar un nuevo barzón y fomentar la cultura de no pago, como sucedió en 1995. Una de las diferencias entre México y otros países, comenzando por Estados Unidos, es que no tenemos problemas de capitalización en los bancos, pero si la cartera se deteriora se podría generar una nueva crisis en el sector financiero.