Si su prioridad principal es liquidar el adeudo de acuerdo a sus actuales y reales posibilidades, evitando con esto que no solo se vea manchado su historial de forma transitoria, al obtener un descuento, si no de forma mucho más permanente al quebrantar una cuenta con la negativa de pago, debe entonces considerar el negociar la deuda.
Considere también que si no es posible liquidar en tiempo y forma y que las opciones son no pagar o pagar con descuento, la segunda opción es la menos perjudicial o por decirlo de algún modo la menos mala, pues esto acabara el problema de fondo, evitando futuros inconvenientes e incluso sorpresas desagradables pues las deudas no prescriben y un problema que es perfectamente manejable hoy en día, puede no serlo en algunos años.
La deuda puede ser vendida, los intereses incrementar e incluso las leyes en nuestro país cambiar en su contra, como acaba de ocurrir recientemente en la tristemente celebre reforma financiera, tenga cuidado.
Si inicia la suspensión provisional de pagos es lógico que comenzaran las gestiones de cobranza y deberá hacerles frente.
Si cuenta usted con experiencia en negociaciones y su forma de ser, le facilita manejar la presión de los cobradores, puede tomar estas llamadas e iniciar por su cuenta el proceso de negociación.
Tome en cuenta que aún cuando no es común, el acreedor conserva el derecho de exigir legalmente el pago total de los créditos mediante tribunales.
Otra opción sería, si usted gusta, afiliar las cuentas a la organización, para que seamos nosotros quienes realicemos la negociación y presentar abogado, en el caso de que fuese necesario defenderse en juicio.
Si gusta y es su deseo afiliar estas deudas, envíeme un correo para que le ayude paso a paso a realizar este procedimiento.