Los “verdugos” de los deudores
En tiempos de crisis, los despachos de cobranzas son reyes. Cerca de 5 millones de personas en México tienen retrasos en sus pagos de créditos de tarjetas, hipotecas o automotrices. Y curiosamente, que ellos no puedan liquidar sus adeudos permite que los “verdugos de los deudores” tengan empleo
ILEGAL La mayoría de los cobradores usan métodos que van contra la ley (Foto: Mateo Villa )
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Cobradores, “coco” de deudores
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Thelma Gómez Durán
El Universal
Lunes 23 de marzo de 2009
En tiempos de crisis, los despachos de cobranzas son reyes. Cerca de 5 millones de personas en México tienen retrasos en sus pagos de créditos de tarjetas, hipotecas o automotrices. Y curiosamente, que ellos no puedan liquidar sus adeudos permite que los “verdugos de los deudores” tengan empleo.
“Te vuelves un patán. Exiges el pago e insultas a la gente. Espantas a los niños. Les dices: ‘Pásame a tu papá, si no lo haces hay una patrulla afuera de tu casa. Lo buscan por ratero’”, reconocen en entrevista.
A las llamadas telefónicas insistentes y ofensivas se suman el envío de cartas que simulan ser documentos judiciales y la usurpación de profesiones y funciones públicas, porque hasta se hacen pasar por abogados.
Los primeros despachos de cobranza en México surgieron en 1985, pero proliferaron a partir de la crisis bancaria de la década de los 90, refiere el abogado Ricardo Amezcua Galán, dedicado a la defensa de deudores de tarjetas de crédito. “A partir de 1998 comienzan con las llamadas telefónicas y lo que se conoce como la cobranza extrajudicial”.
Jorge Morales Franco, del despacho de abogados Luna Castro y Asociados, explica que los bancos y tiendas que venden a crédito prefieren contratar despachos que realicen la cobranza extrajudicial, porque “los procesos judiciales son muy largos y al banco le sale muy caro invertir en abogados”.
Antonio trabaja desde hace dos años como gestor de cobranza en un despacho. En los anuncios clasificados leyó que solicitaban “asesores telefónicos”, ofreciendo un sueldo mensual de 4 mil pesos por jornadas de ocho horas, algo ideal para un estudiante de Contaduría, por lo que no dudó en aceptar el trabajo, aunque no recibiría ninguna prestación laboral.
A manera de capacitación, se le sentó junto a uno de los gestores más experimentados, para aprender cómo manejar el sistema de telefonía y la base de datos de los deudores, en Excel. Recibió, asimismo, una copia del “script telefónico”, una suerte de guión para saber qué decir cuando se llama por teléfono y contesta, en cada caso, “el deudor”, “un tercero”, “una referencia” o el buzón de voz. Los gestores realizan, en promedio, 120 llamadas telefónicas diarias.