La mayoría de las personas activan un foco de pánico al escuchar el término "Buró de Crédito", pensando que en ese lugar se encuentran solamente los morosos, sin saber que cualquier persona que obtenga un crédito automáticamente entra a él. En esa base de datos aparece cuál ha sido el comportamiento de los créditos adquiridos por una persona, mismo que podrá ser muy bueno o podrá reflejar moras, etc. En resumen todos estamos en el Buró de crédito y cuando es consultado por alguien que nos va a otorgar un crédito, quedará a su juicio discrecional pudiendo reservarse el derecho de otorgarnos el crédito según lo que haya observado en nuestro historial crediticio. Cuando se tiene una calificación mala en el Buró de Crédito, por ley deberá borrase hasta 6 o 7 años después de que se realizó el último pago en el crédito en cuestión, pero la calificación puede cambiarse a buena si el deudor negoció correctamente con el acreedor y si este último notifica al Buró de Crédito, si no lo hace el acreedor, el deudor puede llevar a cabo y gestionar esa notificación directamente en el organismo presentando la documentación obtenida en la negociación que realizó con el acreedor. Sin embargo aunque la calificación cambie a buena antes de los 6 o 7 años, no es garantía para el deudor obtenga créditos con futuros acreedores. Estos le podrán negar los créditos como ya se mencionó con anterioridad. Por citar un ejemplo; hay personas que tienen una excelente calificación en el buró de crédito y les niegan un préstamo bancario, simplemente porque el monto de las mensualidades que tendría que pagar ya excede a su capacidad real de pago, ya que al consultar su reporte en el Buró de Crédito se percata el posible otorgante del crédito, que aunque efectivamente tiene muchas deudas y las paga puntualmente, esa persona ya no tendría más capacidad de pago después de hacer el comparativo con sus ingresos.