España se tiñe de sangre
TEXTO ANA ANABITARTE • CORRESPONSAL
El Universal
Domingo 19 de julio de 2009
MADRID.— En Carpio del Tajo, un pueblo de Toledo (centro de España), cuando se celebran las fiestas se coloca en la plaza una cuerda a la que se atan dos gansos por las patas y los jinetes tienen que intentar cortarles la cabeza con la mano. En Aduna, País Vasco, en las fiestas populares entierran a los pollos hasta la cabeza y los aldeanos con los ojos vendados los decapitan.
En Extremadura lanzan dardos con cerbatanas a los toros hasta que mueren desangrados, mientras que en Orense juntan miles de hormigas, les echan vinagre para que se vuelvan agresivas; luego las mezclan con kilos de harina y arrojan la revoltura a la gente en la plaza del pueblo.
Con la llegada del verano son miles los animales que cada año mueren cruelmente asesinados durante las fiestas populares por simple divertimiento y con la excusa de la tradición y la cultura. E incluso algunas son consideradas de interés turístico nacional, como ocurre con los célebres Sanfermines de Pamplona. Según la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba), mueren unos 60 mil, el 95% toros.
Theo Oberhuber, coordinador de Ecologistas en Acción, considera aberrante que en pleno siglo XXI se permitan estas crueldades. “España está llena de festejos populares en los que se maltrata y asesina animales”, denuncia en entrevista con EL UNIVERSAL. “Aunque también hay que reconocer que en estos últimos años y gracias a la presión social se ha conseguido que algunas fiestas dejen de celebrarse”.
El lanzamiento de una cabra desde lo alto del campanario es una de ellas. Fue prohibida por ley, pero los ciudadanos no aceptaron la decisión y en el año 2000 en que fue prohibida, los vecinos lanzaron dos cabras en señal de protesta. Ahora se tira una cabra de cartón piedra, para desilusión de muchos.
El problema, según Oberhuber, es que el uso de animales en fiestas está regulado de una manera distinta en cada una de las 17 comunidades autónomas. “Y aunque ha habido avances y un mayor control en cómo se celebra la fiesta, sigue habiendo muchas”.
Por ejemplo, en Castilla y León están permitidos los festejos con más de 200 años de tradición y en la comunidad de Madrid la ley dice que no se debe golpear a la vaquilla, pero se siguen permitiendo los encierros y los toros de fuego (les colocan sobre la cabeza unas pesadas bolas de material inflamable y los toros corren despavoridos y aterrados por el fuego en su cabeza mientras son perseguidos por la gente).
Oberhuber también denuncia que el Código Penal castiga el maltrato animal con la excepción de los abusos durante las corridas de toros. “En todas las leyes de defensa animal se ha evitado prohibir el uso de toros y vaquillas”, explica.
En este sentido, Luis Pérez, presidente de Defensanimal.org, añade que la ley de protección animal que hay en el Código Penal habla de que está prohibido maltratar animales domésticos, pero no dice nada de los que no son domésticos. “Nosotros defendemos que se acabe con el maltrato de todos los animales, sean domésticos o no”, asegura.
El representante de Ecologistas en Acción va más allá y denuncia que este tipo de fiestas se llevan a cabo gracias a las subvenciones que reciben los ayuntamientos de los gobiernos autonómicos. “Es decir, estas atrocidades se están financiando con el dinero de todos los españoles”, concluye.