Viajar a Sudáfrica 2010 representó ya para la FMF una inversión mayor a todos los boletos de ida y vuelta de la delegación mexicana a ese país, miles de veces más... y eso que hay crisis.
Contratar a tres técnicos, cesar a un par de ellos, y cubrir los honorarios de un interinato en dos años y tres meses elevó en extremo los gastos de la Selección Nacional, en la que se invertirán más de 9 millones de dólares, que se pretenden recuperar con la clasificación mundialista, pero sólo con eso.
El trayecto al Mundial sudafricano lo inició México con Hugo Sánchez en el timón con un contrato a objetivos y que iría casi duplicándose cada año que dirigiera al equipo azteca.
En el primer año, 2007, el estratega percibió una cifra aproximada de 750 mil dólares y en el segundo rebasaría por mucho el millón de billetes verdes. Sin embargo, al rescindirse en su contrato en marzo de 2008 ya no hubo más paga.
El finiquito que se le dio fue de cercano a 1.3 millones de dólares.
Llegó Jesús Ramírez a escena, en un interinato que no se disparó, porque el estratega siguió con salario de Selecciones Menores (90 mil dólares por tres meses), pero tuvo los extras de viáticos y premios.
Y luego apareció Sven-Goran Eriksson, quien ganaría 7 millones de dólares, pero como no terminó el convenio sólo percibió 1.7 millones de billetes verdes durante su gestión.
El finiquito para el técnico sueco fue igualmente proporcional y dependiente también de las metas que se conquistaron, que en su caso sólo fue la clasificación al Hexagonal Final Eliminatorio. Por ello al escandinavo se le habrían dado 2 millones de dólares aproximadamente, para un total de 3.7 millones.
La nueva contratación es Javier Aguirre, un técnico nada barato, ya que en su anterior etapa ganaba alrededor de 1.8 millones de dólares anuales, 150 mil al mes.