Digamos basta, voto nulo
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Yo no sé usted, pero yo estoy cansada de encender la televisión y ver a Emilio Gamboa, líder de las mafias del PRI, preconizar sobre la justicia. Indignada de ver a Germán Martínez como una hiena golosa disfrutando los puntos electorales que gana el PAN con las criaturas asesinadas en una bodega-guardería de Sonora. Harta de López Obrador actuando como desquiciado manipulando candidatos como si fuera una boda de kermés. Ese AMLO que hace dos años inspiró al hablar de la necesidad de elecciones transparentes y de candidatos patriotas.
Estoy harta de saber que la hija de Salinas Pliego sea quien decida si se aprueban o no las leyes de las que ha abusado sistemáticamente la empresa de su padre. Indignada de que Calderón siga explotando la guerra para amedrentar a sus opositores y para manipular las elecciones (como hizo Bush Jr.). O de que esté en manos del PRI en el Congreso la posibilidad de proteger a las y los periodistas por investigar actos de corrupción. Me parece inaceptable que desde las cúpulas partidarias se proteja a bandas de pedófilos, y que Televisa controle una parte del Congreso y de las elecciones con noticiarios esquizofrénicos. Las candidaturas no representan a las mayorías.
Ya hubo un movimiento electoral al que algunos tacharon de desquiciado. Era 1880 y la mexicanas que crearon Violetas del Anáhuac juraron que algún día las mujeres de este país podrían votar e ir a la universidad. En 1935 se agruparon y en 1946 las mujeres votaron; en 1953 pudieron ser electas en todo el país. Sin su perseverancia ni yo podría ser periodista ni muchas más podrían ser libres, y este país sería un símil de reducto talibán.
Las transformaciones sociales y políticas son lentas, se necesita perseverancia y congruencia para inducirlas. Para renovar hay que desarticular. La esperanza no acepta cobardía.
A pesar de la frustración, estoy segura de que el país puede y va a cambiar. Por eso sostengo que anular mi voto con una cruz es mi aportación ciudadana. Creo que votar por el menos peor nos mantendrá esclavizados. Estoy segura de que los próximos años serán difíciles y que el cambio no vendrá pronto; pero llegará con transformaciones de fondo, no con sometimiento a la corrupción