La firma se requiere para rentar un inmueble o comprar un automóvil. Hay que tomar precauciones para protegerse
Ángeles Cámara Trejo / EL UNIVERSAL online
El Universal
Domingo 07 de marzo de 2004
Ser aval de una persona significa asumir una responsabilidad. Generalmente se requiere dejar como garantía un bien raíz, lo que representa exponer el propio patrimonio. En otros casos, es necesario demostrar solvencia suficiente con cuentas bancarias y de inversiones. Sin duda firmar como el aval de una segunda persona, conlleva riesgos.
Y si no pregúntele a Sergio Soto, que sirvió como aval de su cuñado para un crédito automotriz, y tuvo que pagar las cuatro última mensualidades con todo y recargos de cobranza, porque el cuñado se declaro insolvente.
?Nunca había sido aval de alguien, pero mi padre fue mi aval cuando tramite la fianza para rentar mi casa hace ya varios años. ¿Cómo negarle al esposo de mi hermana la firma?, no considere ninguna eventualidad, porque el tenía un buen empleo y era responsable?, relata Soto.
Sin embargo, después de haber pagado puntualmente durante 32 meses, el cuñado se quedo sin empleo y no pudo pagar las últimas mensualidades. ?Me llamaron de la agencia y me explicaron que por ser aval debía liquidar el adeudo o de lo contrario me vería involucrado en un juicio. La verdad me espantó y termine pagando la deuda?.
Finalmente el cuñado le pago a Sergio toda la deuda, pero el susto nadie se lo quita. ?No volvería a firmar como aval de nadie?. ¿Ni de un hijo? No lo se, todavía no los tengo; pero en un caso como el que mi padre me ayudo, seguramente lo haré, responde enfático.
¿Cuántas historias se conocen de avales que se quedaron bailando en la loma? Simplemente porque la persona a la que dieron su respaldo no correspondió. Y es que ser aval significa ser corresponsable de un pago. Ser lo que se denomina, deudor solidario.
Yen ocasiones no es porque no se quiera o no se tenga voluntad, cuando se pierde el empleo o surge un problema mayúsculo, las personas pueden dejar de pagar por una situación que no esta a su alcance.
¿Y yo por qué?
Le pueden pedir la firma como aval para un crédito automotriz, hipotecario, para un autofinanciamiento (cuando sale adjudicado), para un contrato de arrendamiento, para un contrato de fidelidad e incluso para un financiamiento de estudios profesionales o de postgrado.
En cualquier, caso mientras la persona a la que se le otorga el aval pague puntualmente usted no tendría ningún problema. Pero si por algún motivo el deudor no paga, usted tiene la responsabilidad, bajo los términos contractuales, de hacerle frente al pago.
Además del adeudo original, si por el retraso en el pago se general gastos de cobranza e intereses moratorios, estos se suman a la deuda y el aval es quien debe pagarlos.
Si el aval no paga el acreedor estará en su derecho de ejercer acción penal para obtener la liquidación del adeudo y en este caso el bien raíz que el aval presentó como garantía, queda comprometido y estaría en peligro de perderlo al no llegar a un acuerdo.
Y por si fuera poco, el aval quedaría con un antecedente negativo en su Reporte Especial del Buró de Crédito. Esto afectaría su historial crediticio y las posibilidades de obtener nuevos financiamientos.
?Hijo mío, no me lo pidas?
Cuando un familiar o incluso un amigo cercano le pide que firme como aval, lo primero es no confundir la solidaridad con asumir una responsabilidad, que en condiciones adversas le puede crear problemas.
A sus 70 años de edad, jubilado y con su esposa de 64 años, el señor Arturo Salcedo le negó a su yerno la firma como aval, ?sin ningún otro patrimonio no los consideré prudente, además se trataba de un crédito para ampliar su negocio?. Aún sabiendo que su hija y esposo no tendrían a nadie más con quien acudir, se negó. ?Mi hija dejo de ir a la casa, después de uno o dos meses lo platicamos y ella entendió, aunque se que le queda cierto enojo?.
Por eso cuando el hijo menor se casó y le pidió a don Arturo el aval para rentar su departamento, ?se lo negué al igual que al esposo de su hermana. Ellos deben entender que lo único que tenemos mi esposa y yo es nuestra casa y no podemos arriesgarnos, por nada?.
Sin duda negarse a ser aval también es todo un reto. Sin embargo, esta el lado subjetivo. Cuando el aval sabe que sin su firma, el hijo o familiar cercano no puede rentar una casa, comprar un automóvil u obtener algún tipo de financiamiento.
En este caso, cuando se decide ser aval es importante evaluarlo con detalle. Platicar con la persona a la que le va a dar la firma, hacerle ver el riesgo que correo, incluso en términos financieros. La idea es que esa persona, a la que usted le está dando su confianza, este consciente de que al firmar está poniendo en juego su patrimonio y dependerá de su solvencia moral para que todo transcurra sin contratiempos.
Pregúntele: ¿Cómo resolvería el pago en caso de perder el empleo o ante una situación imprevista?¿Cuáles son sus opciones de liquidez? Y si no está seguro, consulte con un abogado para saber hasta dónde va a comprometer su patrimonio. Si después de evaluarlo decide que no tiene las garantías suficientes, ni hablar, no se toque el corazón y siga el ejemplo del señor Salcedo.