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Abusos inmobiliarios
Exponen presuntos fraudes de despachos privados de cobranza
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Más de 4,500 acreditados del Infonavit en Yucatán están en cartera vencida y corren el riesgo de perder sus casas a manos de despachos de cobranza extrajudicial, algunos de los cuales se aprovechan de la situación para obtener cuantiosas ganancias en forma fraudulenta.
Según información oficial, hasta enero 4,585 de esos acreditados estaban bajo proceso de cobranza extrajudicial, por atraso en sus pagos.
De esta cantidad, 2,283 casos eran atendidos por el despacho Servicios Técnicos de Cobranza, 992 por Muñoz y Asociados, y 1,380 más por Grupo de Administración de Bienes y Servicios, S.A. de C.V. (Gabbssa).
Los tres despachos son de la ciudad de México, con sucursales en Mérida. Sus abogados reciben una comisión por cada crédito regularizado o vivienda desalojada y algunos de ellos están involucrados en denuncias de fraude.
Es el caso de Gabssa, a quien el zapatero Víctor Poot Matú acusa de fraude en probable colusión con funcionarios de la delegación local del Infonavit.
En una entrevista, Poot Matú expuso elocuente testimonio sobre su indefensión ante la arbitrariedad de Gabssa, la presunta indiferencia y prepotencia del Infonavit y la impotencia de las oficinas gubernamentales que conocieron su caso.
—En diciembre de 2007 —contó Matú— me enteré de que el despacho Gabssa, dedicado a la recuperación de créditos y con oficinas en Paseo de Montejo número 481, local 312, remataba viviendas recuperadas a derechohabientes morosos del Infonavit.
Interesado en un predio de la colonia Nora Quintana, se entrevistó con la jefa del área jurídica de ese despacho, Mary Guadalupe Medina Hernández, quien le confirmó la información y le dijo que había dos formas de obtener una vivienda de ese tipo: mediante la reasignación del crédito o con la liquidación total del adeudo.
Según Poot Matú, la abogada de Gabssa le recomendó seguir la segunda opción, ya que la casa que le interesaba, asignada a William Augusto Cetina Alpuche, tenía un crédito vencido de 18 años. La vivía ilegalmente la ex suegra de Cetina, que estaba de acuerdo en abandonar el predio. El monto del adeudo ascendía a $113,768.
Poot Matú añadió que Mary Medina le dijo que para adjudicarle la casa debía depositar esa cantidad en una cuenta del Infonavit en el banco Santander, con cargo a la cuenta del acreditado moroso, número 8800526034, que correspondía precisamente a Cetina Alpuche.
La propia Mary Medina, como apoderada del Infonavit, recientemente ganó un juicio extraordinario hipotecario en nombre de ese organismo contra Cetina Alpuche, aunque un documento oficial consigna que desde el 9 de noviembre de 2004 ese instituto obtuvo una sentencia favorable para proceder con el remate de la vivienda.
La abogada Medina, en representación del Infonavit, del que es apoderada legal, le dijo al zapatero que frenaría el desalojo para evitar el remate, con tal de realizar la operación.
Antes de hacer el pago, Poot Matú preguntó: ¿Qué pasa si después de pagar aparece el acreditado en la casa? —No lo hará porque no tiene derecho —respondió la apoderada legal.
Poot Matú realizó el pago a Gabssa por las escrituras de la casa.
—Medina Hernández, mañosamente, me pidió el original de mi depósito bancario, pero no se lo di, afortunadamente.
—Regresa por las escrituras en dos meses —me dijo.
En el ínterin, por casualidad, el zapatero se enteró de que Cetina Alpuche se había apoderado de la casa.
—Hablé entonces con Pedro Ortega, responsable de la oficina de Gabssa en Mérida, quien me dijo: Dame tiempo para maquillar este asunto.
— Desde entonces me dan largas con las escrituras: ni me las daban, ni atendían mi queja —denunció Poot Matú.
—Medina Hernández, en tono molesto, me recomendó convencer a Cetina de abandonar el predio. Yo le repliqué que ésa era tarea de ellos y que no cumplían con lo acordado.
—Quéjate donde quieras —me respondió Medina— no te devolveré el dinero.
—Aquí empezó un calvario que nunca imaginé sufrir — afirma con amargura Poot Matú. Continuará.— HERNÁN CASARES CÁMARA