La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
2009-10-22•Al Frente
Esta vez su grito era inapelable: “¡No más impuestos, no más impuestos!” Puede molestar la grosería teatral de Fernández Noroña y su banda al tomar la parte baja de la tribuna de San Lázaro, pero ¿alguien duda que la consigna tiene el respaldo de la gran mayoría de los mexicanos?
La burocracia política resolvió sus problemas de corto plazo con un paquete fiscal aprobado prácticamente por aclamación, por todos menos por la banda de Fernández Noroña. Y eso es una atrocidad. Por eso celebran en Los Pinos, el Congreso, la Corte y en las sedes del PRI, el PAN y, digan lo que digan, el PRD. Por eso el partido Verde aplaude lo aprobado en la madrugada. Por eso el Senado apenas le tocará una coma a esta atroz Ley de Ingresos.
Los ciudadanos van a pagar más impuestos, para que ellos, los burócratas, sigan reinando. O ¿alguien escuchó que a cambio del 16 por ciento al IVA y el 30 al ISR, los partidos ofrecieron reducir sus presupuestos a la mitad? O ¿alguien leyó que con el dinero extra, la economía mexicana, la peor en el mundo en 2009, será una de las diez de mayor crecimiento en 2010? ¿Los diputados garantizaron que al tapar el hoyo fiscal se comenzarán a construir las cárceles de alta seguridad que urgen, los urgentes nuevos edificios de nuestros aún gloriosos institutos de salud, la red de trenes que urge; que habrá una cruzada para construir banquetas, tapar hoyos en todas las calles del país?
Nada. Ganaron los burócratas. Los demás, a pagar impuestos a cambio de nada. Los burócratas se burlarán y dirán que, claro, a nadie le gusta pagar impuestos y que sin su paquete las cosas se pondrían peor. Cuánta mediocridad.
Lo dicho: con esta generación de políticos no se puede ir lejos. Son la generación del fracaso.