Es mi deseo y mi sentir el extender el más sincero agradecimiento a la noble, maravillosa, excelente, admirable, grandiosa y única Organización Nacional de la Defensa Del Deudor, Sociedad Civil, pues el día de hoy he pagado mi última deuda pendiente.
Ahora comienza una nueva etapa en mi vida. Una en la que a pesar de mi edad, ya no veo necesarios a los bancos y sus estándares draconianos, inicuos y hasta opresivos. Ahora veo un horizonte nuevo, he dejado atrás los oscuros bosques de la incertidumbre y he alcanzado la victoria, alzándome sobre formidables enemigos banqueros y sus esbirros, cuasi simios alados cobradores y sus amenazas.
Hoy boyante doy inicio a mi nueva vida, ya entrado en años y en canas, pero renacido y deseoso de comenzar un nuevo día sin el peso qué las deudas eran en un momento.
A mis queridos (muy queridos) amigos... No, amigos no... A mis queridos (muy queridos) hermanos de DDD no tengo más que gratitud; asesores, usuarios, afiliados, administradores, a todos.
En uno de los momentos más sombríos de mi vida tuve la fortuna de encontrarlos y desde ése acertado instante mi vida dio un vuelco completamente positivo y vi una pequeña, minúscula, lejana y casi imperceptible luz al final del oscuro túnel deudoríl. Hoy salgo finalmente triunfante y más fuerte que nunca de ése túnel.
Gracias, gracias y mil gracias por su apoyo constante e incondicional, por ser lo que son y por estar ahí en todo momento. Siempre al pendiente de mí a pesar de mis necedades y refunfuños. Gracias por soportar a este su gruñón e impaciente servidor y por demostrarme que aún existe gente honesta y deseosa de prestar ayuda a los demás. Yo, un humilde ingeniero petroquímico que se las daba “de todas, todas” comprendí que soy un humilde ser humano igual que los demás y que uno no sabe todo de todo por el solo hecho de “haber estudiado una carrera”.
Mi especial gratitud va encaminada a mi maestro y gurú en la lucha hacia mi libertad financiera-, Angel, hermano, las bendiciones de tu servidor y mi familia. Pienso que ni tú mismo te has dado cuenta de lo que has logrado a base de esfuerzo incansable. Te auguro éxito, mucho éxito ya que la organización que has creado es un auténtico oasis para miles (millones serán) de deudores que cruzan todavía lo que no es otra cosa que un inmenso desierto de incertidumbre y miedo. ¡Sigue siempre adelante! Un abrazo para ti y mi afecto inextinguible.
Atentamente: Ing. Palomo E.
P.D. Por favor, mi última medallita. ¡Soy un hombre libre!