¡Quién entiende a los bancos!
http://www.milenio.com/node/156611El sábado pasado a las 21:00 por El Canal de las Estrellas se estrenó la segunda temporada de De por vida Bancomer.
Por si usted no lo sabe, ¿qué es De por vida Bancomer? Un infomercial disfrazado de programa de concursos producido por Pedro Torres y conducido por Jacqueline Bracamontes.
Su dinámica es una especie de telecasino, ya que no se necesita demostrar ninguna clase de habilidad física o intelectual para ganar dinero, y consiste en ir seleccionando cilindros hasta obtener un premio que será pagado en mensualidades, como una pensión.
Se llama De por vida porque se supone que el premio máximo de esta emisión es una mensualidad vitalicia para quien combine a la perfección las diferentes opciones que se le van presentando durante el show. De por vida Bancomer es, para acabar pronto, una especie de combinación de Vas o no vas con Boletazo con Amantes de café televisión de producto integrado, un proyecto que no existiría si no estuviera detrás el dinero de un poderoso anunciante.
¿Cuál es la nota aquí? Ni la producción de Pedro Torres, ni la conducción de Jacqueline Bracamontes, ni la participación de los concursantes, la nota es lo delicado que es este programa justo en este momento histórico.
¿Por qué? Porque para nadie es un secreto que millones de mexicanos están en problemas financieros por los abusos del sistema bancario nacional.
Los bancos han hecho con nosotros lo que han querido, tienen unas tasas de interés escandalosamente altas, seducen a la gente regalándole tarjetas y, como nuestra cultura económica es pésima, llega un momento en que muchísimas personas terminan atrapadas en deudas infinitas que acaban con su salud, su familia y sus valores.
El dato de que un banco pague un informercial disfrazado de programa de concursos en donde se festeje a las personas que usan sus tarjetas en el México de hoy es tan tremendo como si hubiera una tabacalera que produjera una emisión en donde celebrara a los enfermos de cáncer que compran sus cajetillas de cigarros.
Es una cosa como para ponerse a pensar y tan lo saben los responsables de este concepto que entre anuncio y anuncio ponen a Jacqueline Bracamontes a recordarle a la gente que Bancomer da cursos de economía para las personas con problemas y que hay que usar con responsabilidad las tarjetas de crédito.
Qué “bonito”, ¿no? Es la doble moral llevada al extremo de la ironía, como recordarles a los enfermos de cáncer que las tabacaleras donan dinero para causas sociales y repetirles que, como fumar puede ocasionar daños a la salud, entonces el abuso en el consumo de ese producto es responsabilidad del consumidor.
¿Qué se hace en estos casos? Si usted se quiere divertir, diviértase con De por vida Bancomer. Está en su derecho. Pero por nada del mundo desenchufe su cerebro y deje de ejercer la crítica.
Ese carísimo infomercial colocado en el horario más costoso del canal con las tarifas más altas de todo México es pagado con los intereses que usted no termina de pagar mes a mes de sus tarjetas de crédito.
Esa beca vitalicia que una sola persona se puede llevar en ese programa es pagada con las deudas ‘vitalicias’ de muchísimos hombres y mujeres que, por cierto, juntan cantidades inmensamente mayores a las que ahí se regalan. Así que usted sabe con lo que se divierte. Por último, a raíz de este lanzamiento yo quisiera invitarlo a reflexionar sobre dos puntos que no me dejan de hacer ruido.
El primero es: ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar Televisa en su afán por vender?
Si está aceptando hacerle y transmitirle un programa así a un banco en este instante, ¿cuánto falta para que haga lo mismo con una marca que atente contra la ecología, la vida o la salud? ¿Dónde está la congruencia entre su televisión ‘con causa’ y lo que vemos en pantalla?
El segundo punto es: ¿No sería mejor para Bancomer, y en general para los bancos, patrocinar otra clase de propuestas? ¿Por qué en lugar de pagar De por vida, Bancomer no transmite, por ejemplo, sus cursos de economía familiar por televisión? ¿Dónde está la congruencia entre esa supuesta intención de los bancos, y específicamente de Bancomer, de ayudar al pueblo a salir de sus deudas y las emisiones donde estampa su marca? ¡Dónde!