Lourdes Contreras
La índice de impago es de 10.58 por ciento
De los ingresos que obtienen los seis bancos más grandes del país por concepto de comisiones, 43 por ciento proviene de tarjetas de crédito.
El año pasado, dicha aportación fue de 36 por ciento, según revelan estadísticas del Banco de México.
Sin embargo, el incremento en el desempleo y la recesión económica ha provocado que cada vez más usuarios de servicios financieros caigan en incumplimiento de pagos, lo que se traduce en un costo para la institución financiera relacionado con el proceso de cobranza.
Según cálculos de la Condusef, existen actualmente alrededor de siete millones de personas con problemas por algún retraso en la liquidación de sus créditos (esta cifra incluye a las tarjetas de crédito).
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) realiza un monitoreo de la cartera vencida a través del índice de morosidad (Imor): sólo en tarjetas de crédito se ubicó en 10.58 por ciento en agosto de este año.
En el caso de los seis bancos más grandes, el Imor quedó de la siguiente manera: BBVA Bancomer en 11.01 por ciento, mientras que el de Banamex fue de 8.16 por ciento y el de Santander de 9.68 por ciento.
HSBC México registró un Imor de 15.58 por ciento y fue el más alto de entre estas instituciones, al tiempo que el de Banorte fue de 12.71 por ciento y el de Scotiabank resultó en 9.86 por ciento.
Para Angélica Bala, directora de instituciones financieras de Standard and Poor’s, el segmento de negocio de tarjetas es actualmente uno de los más rentables para la banca.
Y así lo ha sido en los últimos años, razón por la cual la estrategia de las grandes instituciones financieras del país se orientó a incrementar la oxigenación de créditos a través de este producto financiero.
“Se convirtió en un negocio atractivo por sus altos márgenes de rentabilidad y los bancos que están en condiciones de otorgar más plásticos, lo han hecho”, dice.
Esto, no obstante que desde que inició la crisis en el país, las instituciones financieras dan tarjetas a un menor ritmo del que lo hicieron entre 2005 y 2007. A decir de Bala, aunque algunos acreditados han dejado de financiar sus compras con plásticos, una buena parte mantiene un ritmo constante uso de éstos instrumentos financieros.
Y es que hasta la no utilización de tarjetas es causa de una comisión. Esto depende de cada banco y del tipo de tarjeta que se tiene, según la Condusef.
Asimismo, el monto de las comisiones se incrementa cuando se acumulan incumplimientos en el pago de deudas.
El incremento entre un año y otro del ingreso por comisiones se debe a dos factores: uno de ellos es los nuevos cobros que la banca introdujo para las tarjetas ya existentes, y el otro, los relacionados con productos de recién lanzamiento.
De acuerdo con el banco central, entre julio de 2008 y marzo de 2009, los bancos, las sociedades financieras de objeto limitado (sofoles) y múltiple (sofomes), registraron 567 nuevas comisiones para tarjetas de crédito.
De éstas, 204 son de nuevos plásticos y las otras 363 son para los tipos de tarjetas ya existentes. Las más comunes son: comisión por apertura de cuenta, por anualidad, por reposición del plástico, por no utilizar la tarjeta y por reclamación improcedente.
Así, el porcentaje de aportación se deriva del peso que tiene para BBVA Bancomer, Banamex, Santander, Banorte, HSBC y Scotiabank, el negocio de tarjetas, así lo dice el banco central.
Y es debido a la gran cantidad de plásticos que existen en el país, que los ingresos por comisiones de este segmento del crédito son altos.
Al cierre de junio del presente año, había 23 millones de plásticos en circulación.
La lógica de las cuotas
Los bancos cobran comisiones relacionadas con operaciones activas, pasivas y de servicios, explica Banxico.
De acuerdo con el tipo de servicio ofrecido se pueden cobrar comisiones por transacción o uso, acceso o salida y penalizar prácticas de los consumidores.
Las comisiones se pueden cobrar con diferentes periodicidades.
Asimismo, el monto puede establecerse por anticipado (ser fijo) o estar en función al valor de la transacción.
Con la intención de que no se disparen las comisiones, la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros (LTOSF) obliga a los bancos y a las sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes) reguladas a registrar en el Banco de México las comisiones que pretendan modificar.
No obstante que esto no constituye un proceso de autorización de precios, el Banco de México tiene la facultad para formular y publicar observaciones a las solicitudes de registro.
“Este procedimiento ha sido relativamente eficaz para disuadir a la banca de implementar aumentos en algunas comisiones que por su elevado monto o por la naturaleza del cobro serían difícilmente justificables ante el público”, dice Banxico.
Y es que esta entidad realiza observaciones cuando las comisiones que se intentan registrar se consideran contrarias a las mejores prácticas bancarias.
“Se procura que las comisiones sean transparentes, que sólo se cobre comisión por servicios efectivamente prestados, que no se cobre más de una comisión por el mismo servicio y que el cobro de comisiones no inhiba la movilidad de los clientes de un banco a otro”, agrega.
El registro de comisiones empezó a funcionar en junio de 2008.
De los ingresos por comisiones que tienen los bancos, además de las tarjetas que es el rubro que más aporta, le siguen “otras comisiones” y luego las que aportan los sistemas de pagos.
Los sistemas de pago dan 17 por ciento y la apertura y manejo de cuenta 15 por ciento.
Finalmente, cinco por ciento de los ingresos totales por comisiones son de otros créditos.
El Banco de México es el encargado de llevar el registro de todas las comisiones.