El gobierno de Hamás, en Palestina, obligó a las señoritas de secundaria a asistir a clases con velo musulman; las directivas tuvieron que regresar a las niñas que no tuvieran ''suficiente modestia'' para su vestimenta
EFE
El Universal
Gaza Lunes 24 de agosto de 2009
09:13
Miles de adolescentes palestinas fueron hoy a las escuelas de Gaza cubiertas con el tradicional "yilbab" y el velo musulmán después de que Hamás, que gobierna en la franja, lograra que la vestimenta islámica sea de rigor en los colegios públicos.
Los islamistas han ganado la batalla y conseguido que las niñas de 14 a 18 años recorran las calles tapadas con la chilaba que cubre el cuerpo desde los pies a la cabeza, sin necesidad de aprobar una ley que hubiera provocado críticas dentro y fuera de la franja palestina.
Pese a no haber ninguna directiva de las autoridades de Hamás al respecto, el día de ayer -cuando se inicio el curso escolar en Gaza- las jóvenes de secundaria se encontraron con directoras y profesoras apostadas a la entrada de los colegios para impedir el paso a quienes no fuesen vestidas con la "suficiente modestia" .
La directora de la escuela Bashir al-Rayes, en Gaza capital, inspeccionaba a las jóvenes en la verja del colegio y prohibía la entrada a las que iban ataviadas con el uniforme empleado hasta ahora (larga falda vaquera y camisa de manga larga azul celeste) , incluso aunque se hubieran cubierto la cabeza con un velo.
Las niñas "deben vestir un traje que sea aceptable para la comunidad musulmana" , dijo la directora, que no quiso identificarse.
Hoy, la práctica totalidad de las alrededor de 50 mil niñas que acuden a las escuelas públicas han ido a clase con la ropa que se les ha indicado: un yilbab de color azul marino y un velo blanco que cubre cabeza y cuello, y deja al descubierto únicamente el rostro.
El portavoz del Gobierno de Hamás en Gaza, Taher Al Nunu, negó ante los medios de comunicación que haya órdenes del movimiento islámico respecto a los trajes de las menores, y aseguró que "no hay ninguna decisión oficial para imponer su vestimenta" .
Sin embargo, la postura unificada de los colegios públicos no es del todo ajena a la voluntad de Hamás, que hace semanas emitió una orden que eximía a los escolares de llevar el uniforme argumentando que el bloqueo israelí impide la llegada de las prendas a la franja.
La exención de acudir al colegio uniformadas se ha convertido, en la práctica, en una sustitución de la más occidental vestimenta que usaban las niñas hasta ahora por el recatado atuendo musulmán.
"Rechazamos la imposición de la yilbab" , dijo enfadada Islam Saad, de 16 años y a quien ayer se impidió entrar al colegio.
Su compañera Salwa cree que con el vestido islámico se "nos roba nuestra infancia y nos hace parecer mujeres viejas" .
Algunas niñas han pedido a sus padres que las cambien alguna de las pocas escuelas privadas de Gaza para no tener que sufrir la humillación de vestirse de un modo que no han elegido.
"Prefiero no ir al colegio antes que ponerme el yilbab porque va contra mi libertad religiosa" , dijo Imán, que se encuentra en penúltimo año de secundaria y se negó hoy a ir al colegio tapada.
La mayoría de las escolares, sin embargo, no cuentan con recursos económicos para abandonar el sistema público de enseñanza y cambiarse a los centros privados, donde todavía no se ha hecho extensiva la medida, lo que no les deja más opción que someterse a los dictámenes del sector mas religioso.
La islamización de las escolares se une a otra serie de medidas tomadas en la franja en los últimos meses, como la exigencia de las autoridades judiciales para que las abogadas y fiscales se presenten ante los tribunales cubiertas con yilbab negro y velo blanco.
Estos pasos podrían ser una respuesta de Hamás a las acusaciones de grupos más extremistas de no ser un movimiento suficientemente religioso por no imponer en Gaza la sharía o ley islámica.
Uno de esos grupos es el salafista Yund Ansar Alá (Guerreros de Dios) , cuyos milicianos se enfrentaron hace diez días a los de Hamás en Rafah, en el sur de franja y donde la refriega costó la vida a más de una veintena de personas y heridas a más de un centenar.