Deseaba compartir, como anécdota curiosa, que me resultó algo absurda -y que escapa al dominio del razonamiento, como diría Bretón-, que a pesar de las periódicas llamadas de Santander (explicándoles la misma situación, cuando ha sido posible: "que no hay centavos"); así como de las numerosas cartas que me han enviado con relación a lo de mi adeudo. Que, hace unos días, me hayan hecho llegar la renovación de la tarjeta (así bien monona con su ensobretado en bolsita de plástico y con todo su kit de funcionamiento, contrato y folleto de promociones).
La verdad no sabía si sentirme halagado o suspicaz al respecto. Sin embargo, creo que la suspicacia se impuso, jeje. No vaya a ser que quieran que les hable para hacerles ver su error y funcione la carnada para enredarme en algo.
Bueno, he ahí la anécdota que les deseaba compartir; no sé si a alguien le haya pasado algo similar.
Saludos.