Hola compañeros, pues antes que otra cosa tanbien los felicito por la pagina, quedo chevere y ahora les dejo 2 notas que encontre navegando por la red:Crecen embargos en México
Condusef estima que la tendencia seguirá por falta de pago de clientes; lo más adjudicado, propiedades.
Romina Román Pineda
El Universal
Viernes 19 de septiembre de 2008
romina.roman@eluniversal.com.mxEl mayor sobreendeudamiento ya se refleja en un aumento en la adjudicación de bienes por parte de los bancos.
Por lo general, lo que más embargan las instituciones son propiedades, mobiliario, autos y maquinaria a personas físicas y empresas que dejaron de pagar sus créditos.
De acuerdo con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre de junio las entidades financieras reportaron 2 mil 367 millones de pesos por adjudicación de bienes; esta cifra es mayor a la que se registró en el mismo periodo de 2007, cuando llegó a mil 855 millones de pesos.
Bancomer es el banco que alcanzó el mayor monto de embargos, con mil 210 millones de pesos; seguido por Invex, por 403 millones de pesos, y Banorte, con 279 millones de pesos.
Analistas financieros mencionaron que el incremento en bienes adjudicados obedece al avance en la cartera vencida, sobre todo en el segmento hipotecario, automotriz y de empresas.
Sin embargo, un juicio para tomar posesión de una propiedad tarda en promedio tres años, aunque en algunos estados el procedimiento se lleva hasta seis años.
Por su parte, directivos de la Condusef estimaron que los bienes adjudicados de los bancos se mantendrán en ascenso en los siguientes meses como resultado del aumento en la morosidad.
Esta es una y aca la otra:
México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx •
cfv@prodigy.net.mx■ Banqueros en guerra contra usuarios
El CAT de las tarjetas de crédito de HSBC pasó de 34.99 por ciento en diciembre de 2006 a 71.11 por ciento en agosto de 2008, un incremento de 36.12 puntos porcentuales en el periodo La Jornada El CAT de las tarjetas de crédito de HSBC pasó de 34.99 por ciento en diciembre de 2006 a 71.11 por ciento en agosto de 2008, un incremento de 36.12 puntos porcentuales en el periodo La Jornada
Allá por julio de 1993 una noticia conmocionó a la Sociedad Protectora de Animales, y provocó la risa nerviosa de millones de mexicanos quienes, con el agua hasta el cuello, no podían pagar sus tarjetas de crédito: la banca recién reprivatizada para “democratizar el capital” (Salinas dixit) desató una feroz campaña judicial en contra de la clientela que, por placer o capricho, dejó de pagar. Como no obtuvo la respuesta deseada, procedió a los embargos indiscriminados.
Resulta que la voracidad sin límite de los neobanqueros (mayoritariamente especuladores bursátiles, amigos de Salinas) produjo acciones increíbles en los “tiempos modernos” (ídem) que vivía el país. Por ejemplo, Banamex (por aquellos años con Roberto Hernández Ramírez y Alfredo Harp Helú a la cabeza) decidió actuar judicialmente en contra de una ex empleada, que vivía en Hermosillo, Sonora, porque reportaba un adeudo vencido de 2 mil 500 viejos pesos (2.50 de los nuevos) en su tarjeta de crédito. Como la deudora no tenía mayor riqueza, la institución bancaria le embargó dos perros –Chavalo y Zenny–, con la autorización de la juez cuarta civil de esa localidad, Sabina Imelda Fuentes, quien giró la orden respectiva, toda vez que calificó a los canes (uno ciego y el otro cojo) como “bienes muebles” afectables para garantizar el pago. A partir de allí, se quedaron con casas, negocios, vehículos, terrenos, etcétera, etcétera, en su afán de recuperar hasta el último centavo, no del monto otorgado, sino de los intereses de agio que, con la complicidad gubernamental, cobraban a sus tarjetahabientes.
Después de eso, la historia es conocida: tarjetas de crédito que los bancos “regalaban” como pan caliente, intereses de agio, comisiones abundantes y crecientes, utilidades sin limite, vertiginoso crecimiento de la cartera vencida, plásticos impagables, bancos pobres, banqueros ofensivamente ricos, crack bancario, Fobaproa, extranjerización y todo lo demás que los mexicanos conocen y padecen cotidianamente cuando se ven en la penosa necesidad de recurrir a un banco.
Quince años después de aquel inaudito embargo (¿qué habrá sido de Chavalo y Zenny?), la mesa de nueva cuenta está servida. De tiempo atrás, crecen las advertencias sobre el explosivo avance de la cartera vencida (fundamentalmente la de créditos al consumo) de la banca que opera en el país, y nadie metió las manos. De hecho, como en 1994 a dos minutos del estallido de la crisis, banqueros y autoridades financieras repiten el estribillo de que el problema “no es tan malo como parece” (Guillermo Ortiz dixit, noviembre de aquel año).
Pues bien, como el problema “no es tan malo como parece”, es necesario subrayar que la cartera vencida ya supera los 51 mil millones de pesos, y que en el caso de los créditos al consumo el incremento en sólo 20 meses ha sido de 350 por ciento, hasta llevarla al filo de los 27 mil millones. En el primer semestre de 2008 dicho aumento fue de de 97.12 por ciento, de acuerdo con las cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
En consecuencia, dicen ahora los banqueros, “vamos tras los deudores de tarjetas; embargaremos a los morosos; reactivaremos la estrategia de recurrir a las demandas por la vía judicial; lamentamos no haber adoptado medidas restrictivas; nos sentimos intranquilos, por eso limitamos el crédito, y crearemos programas para usuarios de plásticos que incumplen en los pagos” (La Jornada, Roberto González Amador), o lo que es lo mismo, el mismo numerito de 15 años atrás, sin que ello los obligara –antes como ahora– a reconsiderar el descarado asalto que para su clientela significan los intereses cobrados. ¿Tendrá el gobierno la amabilidad de “rescatar” de nueva cuenta a los banqueros voraces? ¿Una vez más los mexicanos lo aceptarán sin chistar? ¿Se repite la “ausencia” de las autoridades financieras?
En esos 20 meses, que coinciden con la “continuidad”, el crecimiento de la cartera vencida al consumo ha sido espectacular: 350 por ciento, en un periodo en el que los bancos que operan en el país han impreso y distribuido millones de tarjetas de crédito adicionales sin tomarse la molestia de certificar si el receptor tiene perros con qué responder. Con todo, lo anterior no se explicaría cabalmente si no se mezclan tres elementos explosivos: el decreciente ingreso de la mayoría de los tarjetahabientes; el feroz aumento de las tasas de interés y cobros conexos, en plena ausencia de la autoridad financiera, e inflación al alza.
En este contexto hay que subrayar que en esos mismos 20 meses se duplicaron las tasas y cobros que aplica la banca a sus tarjetahabientes. Por ejemplo, la tarjeta clásica de Banamex-Citigroup reportó un CAT de 39.12 por ciento en diciembre de 2006; 20 meses después, en agosto de 2008, se fijó en 70 por ciento, o lo que es lo mismo un avance de 31 puntos porcentuales, a razón promedio mensual de 1.55, con una inflación reconocida de 7 por ciento; la clásica de Bancomer-BBVA en igual lapso pasó de 38.46 a 79 por ciento (11.3 tantos la inflación reconocida), un crecimiento de casi 41 puntos porcentuales o 2.05 puntos mensuales como promedio.
Las dos anteriores son las tarjetas de crédito de mayor circulación en México, pero la práctica es pareja en todos los bancos emisores. Así, el CAT del plástico de HSBC pasó de 34.99 por ciento en diciembre de 2006 a 71.11 por ciento en agosto de 2008, un incremento de 36.12 puntos porcentuales en el periodo. El de Santander pasó de 40.54 a 82.5 (un avance cercano a 42 puntos porcentuales) y el Scotia de 24.48 a casi 60 por ciento (alrededor de 35 puntos porcentuales). American Express, que expide sus plásticos sin ser banco, aumentó de 37.46 a 73.65 por ciento, un modesto avance de 36.19 puntos porcentuales.
Como ven??????????? :affraid:
Este pinche gobierno de mierda sigue tirandole al pobre para que el rico se haga mas rico!!!!!!! Ya ni la chingan!!!!!! :pale: