Lamentablemente estos acreedores son considerados de un perfil muy agresivo, dado que a diferencia de la banca múltiple, su mayor ingreso proviene de recuperar créditos de bajo monto otorgado a particulares.
Sin embargo aún cuando el riesgo de demanda es muy alto, si no tiene los recursos económicos para saldar la deuda no tiene más opción que asumir este riesgo.
La estrategia más eficaz es soportar las gestiones de cobranza, sin caer en la tentación de dar abonos que nada resuelven, ni hacer promesas de pago en falso, ni reconocimientos de deuda, ni verbales, ni mucho menos por escrito.
A la par que debe iniciarse un plan de ahorro, que permita reunir el capital adeudado y con este disponible, aproximarse al acreedor original para intentar negociar sobre los intereses generados.
A esta negociación debe preceder carta convenio, perfectamente estructurada y anterior a cualquier pago.
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