Viernes 19 de noviembre de 2010
Julián Sánchez | El Universal
julian.sanchez@eluniversal.com.mxLa inseguridad alimentaria severa en hogares mexicanos con niños se duplicó entre 2008 y 2009 como consecuencia de la crisis económica, revela una encuesta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
De 20 millones de hogares con población entre 0 y 17 años, 1.6 millones (8%) presentaba en 2008 reducción en la ingesta de alimentos y hambre, mientras que para 2009 la cifra se disparó hasta 3.4 millones (17%), de acuerdo con los resultados de la encuesta.
El estudio denominado “La niñez y la adolescencia en el contexto de la crisis económica global”, establece además que en el mismo periodo los hogares con pleno acceso a la alimentación cayeron de 53% a 43%.
Se resalta que “el cambio más dramático” se observó en el porcentaje de hogares que declaró que algún niño había comido menos de lo que debería, el cual pasó de 14% a 26%, mientras que más de 50% de los hogares estudiados manifestaron haber presentado una reducción en sus ingresos.
La encuesta, cuyo levantamiento tuvo lugar el segundo semestre de 2009, fue dada a conocer en el foro “El impacto de la crisis económica en la infancia y la adolescencia: hacia una recuperación con equidad”. Incluyó un conjunto de variables que permitieron explorar, a través de la declaración de los entrevistados, su percepción acerca de los cambios en diferentes situaciones de interés. Entre éstas: la situación económica de los hogares; las dificultades para realizar el gasto en el consumo de ciertos bienes y servicios necesarios, y si se dejaron de realizar; así como la violencia en el hogar.
Mientras que en 7% de los hogares se reportó que en 2008 un niño o adolescente sintió hambre, pero no comió; en 2009 el porcentaje fue 18%.
Un comportamiento similar se observó en el porcentaje de hogares donde disminuyó la cantidad de comida para los menores de edad, que pasó de 16% a 24%. En el rubro donde un menor se acostó con hambre, pasó de 7% a 15% y al menos uno comió sólo una vez o dejó de hacerlo todo un día.
Para hacer frente a la crisis, se recogieron opiniones en el marco de la encuesta, que derivaron que en uno de cada tres hogares se mencionó que estarían dispuestos a comprar comida más barata o una menor cantidad de ella para mejorar la situación económica de su hogar y en dos de cada tres se reportó haber recurrido a esta estrategia en 2009.
En casi cuatro de cada 10 hogares entrevistados en 2009 se señaló que alguno de sus integrantes se había visto obligado a conseguir otro empleo o a vender diversos productos por falta de dinero; en un porcentaje similar de hogares, estarían dispuestos a recurrir a esas actividades para mejorar su economía